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jueves, 10 de enero de 2013

"Los Reyes del Disfraz"

 La realidad actual tiene mucha tela. La crisis  produce  un descenso del nivel de la calidad de vida de las personas comunes pero provoca en las costras superiores de la sociedad "una mena" de juego siniestro, un simulacro del apremio por todos sufrido. No es la primera vez que sucede, ni será la última.

Hace unos días leí que para esta temporada invernal según la feria florentina de moda "Pitti Uomo", la tendencia es vestirse al estilo "menesteroso". La firma Dior, a cargo de su superstar John Galliano, ha impuesto el estilo mendigo  con la única salvedad de que cada una de las prendas cotizan en bolsa.

Galliano es reincidente, ya había tenido la loca ocurrencia de basar una colección suya en los "clochards" parisinos en el año 2000, por la que tuvo que tragar todo tipo de críticas de la sociedad e incluso de los propios mendigos que llegaron a agolparse en las puertas de las sofisticadas tiendas Dior (no para las rebajas evidentemente.)

El símil "clochard" (más fino que decir "bichicome"*) es lo que se lleva esta temporada de crisis. Los rostros sin afeitar son acompañados por multicapas de prendas de lana, piel, cuero falsamente  gastado, roído, desprolijo, ajado, más los pantalones de pana gruesa, las bufandas abultadas en colores apagados, grises, pardos, tierras, azul marino, abrigan sin dejar de concientizar al hombre moderno sobre la realidad real. El hombre actual se mimetiza con el medio para no quedar expuesto y recibir la hostilidad de la mayoría. Transita de incógnito. El hombre que puede acceder a prendas "Prêt-á-porter", ese reyezuelo actual, practica el deporte predilecto de los reyes atacados de "spleen"; no es el tiro al oso, sino el disfraz

Son conocidas las historias sobre ciertos reyes, que a lo largo de la historia vistieron temporalmente de mendigos por diversos motivos. Mark Twain lo utilizó de marco para una de sus geniales historias ("Príncipe y Mendigo").

Los hubo que lo hacían por "diversión", como el inquieto Nerón que disfrutaba disfrazándose para merodear por la calles de la Roma notturna y así robar o apalear a algún descuidado caminante, al mejor estilo "A Clockwork Orange". Este divertimento que solía hacer en solitario, le cundió hasta que alguien le propinó una golpiza a él, lo que determinó que saliera por patas y retornase a sus andanzas con escolta. Eso sí le seguía a varios metros a sus espaldas.

Otros se disfrazaban como mendigos para recorrer las calles de sus ciudades y descubrir como vivían sus súbditos, pero más que nada para saber qué pensaban, qué opinión tenían de ellos. El rey Harún Ar-Raschid rey de Persia en el SVIII, salía por Bagdad disfrazado de anciano miserable, para testear su popularidad.
En la actualidad el hijo de Hussein de Jordania, el rey Abdalá II se calza sus "New Balance", su peluca, su barba y sale a controlar las oficinas estatales.

Pedro "El Grande" de Rusia, recorrió Europa Occidental disfrazado aprendiendo diferentes oficios. Aunque él pensaba que no le reconocían, los campesinos sabían muy bien quien era ese hombre de dos metros de altura rodeado de una comitiva que le cuidaba celosamente.

El rey Casimir II de Polonia, también era afecto a salir disfrazado de necesitado y observar el comportamiento de las personas, ver como reaccionaban ante su presencia. En una ocasión, alguien de la nobleza, a quien tenía como un buen hombre, le maltrató y echó a puntapiés. No tardó en apersonársele en formato "rey" y regañarle. En otra, acudió a casa de un campesino muy pobre, quien compartió su última rodaja de pan con él y le invitó al bautizo de su hijo pequeño. Ante este gesto de humilde grandeza, el rey acudió al bautizo con toda la pompa y regaló al humilde labrador una rodaja de pan, pero de oro puro. Él fué el padrino del niño.

El rey Albert "The Great" tocando el arpa.
El rey Alberto "El Grande",el único rey inglés al que le precede ese epíteto, considerado el creador de  la nación inglesa, ante la invasión de los daneses en el SIX, se disfrazó de juglar y fué a cantarle munido de un arpa al jefe enemigo Guthrum para espiar sus planos y saber sobre el inminente ataque que efectuarían. Gracias a esta arriesgada acción, el rey anglo-sajón arrasó las fuerzas danesas en la batalla de Edington. Era el Año del Señor de 878

Pero entre todos estos monarcas, estos "reyes del disfraz", destaco a quien lo hacía para una misión más que ponderable, ni por guerras, ni por inseguridades triviales. El rey Fernando de Borbón, I de Nápoles, que ante la negativa de su mujer la reina María Carolina, de que se comiera en el palazzo comida sin rastro de nobleza, se disfrazaba de vasallo para ir hasta un horno cercano y saborear lo que comía y disfrutaba el vulgo, la chusma: una buena porción de pizza.



* La palabra "bichicome", es utilizada en la región del Río de la Plata como sinónimo de "menesteroso". Aunque la palabra suene a "come bichos", en realidad es la castellanización de la palabra en inglés "beachcomers", "los que vuelven de la playa", por el aspecto desaliñado al retornar de un día de mar y sol.


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