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martes, 16 de septiembre de 2014

"Mike, el Pollo sin Cabeza"

- En estos tiempos que corren, en los que la realidad se basa cada vez más en modelos sin encanto, va quedando cada vez menos espacio para las historias maravillosas. Pareciera que nuestra capacidad de asombro estuviera llegando a su fin. Muchas de las historias que atraen nuestra atención en la actualidad, sufren de ser falsas, bulos o como se las llama en inglés, un "hoax". En lo personal me gusta mantener mi capacidad de asombro viva, por lo que muchas veces debo viajar en el tiempo para satisfacerla de la mejor manera. La facilidad que nos da la red para contrastar ciertas historias o simplemente para encontrarlas es un aliciente a esa afición. Los libros y ciertas publicaciones siguen siendo "la fuente del saber", la lectura en esos formatos seguirá siendo indispensable para la información verede y el esparcimiento, pero hay historias que sólo podemos encontrar en la worldwideweb.

Cuando me encuentro con sucesos como el siguiente, el primer impulso es confirmar su veracidad, consultar un par de fuentes, detalle que como varita mágica transforma un rumor en un acto maravilloso.

Los actos maravillosos no se limitan al lado más sofisticado de la vida, sino a todo aquello que encierra la chispa que enciende nuestra curiosidad y que puede tener como protagonista por ejemplo, a un pollo. A la gente impresionable o a los que defendemos los derechos de los animales fuera de todo fanatismo organizado, la siguiente historia no nos dejará indiferentes.

Esta historia, digna de un guión de Kusturica, se desarrolla en la localidad de Fruita, en el estado de Colorado, EEUU y tiene como protagonistas a un tal Sr. Olsen y a su pollo "Mike".

En un cálido Septiembre de 1945 y con motivo de la visita de su suegra, el Sr Olsen se dirigió al gallinero hacha en mano, a seleccionar la cena familiar. Entre los plumíferos se destacaba "Mike", un saludable pollo de 5 meses, quien se entregó sumisamente a manos de su verdugo. El Sr. Olsen, como era costumbre sostuvo firmemente al gallináceo sobre un tronco y le propinó un golpe de hacha en la zona cervical, con resultado aparentemente adverso: Mike seguía dando patadas. Una vez dejado el pollo en el suelo polvoriento y tras trastabillarse un par de veces, comenzó a andar equilibrando su cuerpo.  El Sr. Olsen que algo entendía de pollos, esperaba que el plumífero diera su paseillo a la muerte, pero Mike se mostraba desafiante. El granjero viendo lo que sucedía, optó por sacrificar otro pollo para la cena y dejar a "Mike" libre esa tarde, esperando encontrarlo tieso a la mañana siguiente. Pero al alba se escuchó un extraño gorgeo con timbres disonantes de origen desconocido...había nacido una leyenda: era "Mike el pollo descabezado".

Entre las aves de corral se encontraba "Mike", repitiendo el acto reflejo de picotear el maíz en el suelo del gallinero, mientras se acicalaba su cresta fantasma, el granjero no podía creer lo que estaba presenciando, pero sabaía que muy ronto Mike abandonaría el gallinero buscando nuevos horizontes en el show-bizz.

El Sr Olsen viendo el filón del pollo sin testuz, no tardó en plantearse un tema básico: cómo alimentarlo. Con un cuentagotas, le suministraba una solución de maíz pulverizado mezclado con agua que el  plumífero no tardaba en deglutir por las vías abiertas, que luego eran lavadas minuciosamente con una jeringuilla.
De más está decir el éxito que alcanzó Mike. Era enseñado en shows de lo increíble junto a otros fenómenos del mundo animal. En cuestión de semanas, Mike le proporcionaba a su dueño un promedio de 4.500 dólares al mes fruto de lo masivas de sus presentaciones.

No tardaron en aparecer sus detractores, sosteniendo falsedades varias que la Universidad de Utah no tardó en descartar y en confirmar que era un fenómeno real. Cientos de granjeros perpetraron el acto de decapitar a sus pollos esperando verlos hacer equilibrio por sus gallineros, pero todos sucumbían. "Mike" había uno sólo.

Casi un año y medio estuvo sorprendiendo "Mike" a su público y llenando las arcas de la familia Olsen, hasta que una aciaga noche de Marzo de 1947, mientras el matrimonio descansaba junto a la estrella en un motel de carretera, en Phoenix, Arizona, se escuchó como ésta se ahogaba en quejidos, la estrella estaba muriéndose. Los Olsen se habían olvidado del kit de mantenimiento higiénico del pollo en el último show y ese sería el detonante del drama.

La autopsia determinó que el hachazo no había cercenado su carótida, eso más  la buena coagulación de "Mike" había impedido su desangrado. Por otra parte su cerebro había quedado intacto junto a uno de sus oídos. Clínicamente se podría catalogar a Mike como un pollo "ciego".

Fruita, pasó de una perdida localidad del Oeste americano, a ser la cuna de "Mike, el pollo sin cabeza". Su fiesta se celebra cada tercer domingo de Mayo.